El cuarto foco de influenza aviar se eliminó ayer y de momento no hay nuevas zonas de contagio. El Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) considera que se está evitando la propagación de la enfermedad detectada en el Chaco Central mediante las barreras y vigilancias implementadas, aunque persiste el riesgo de transmisión a través de aves migratorias y silvestres.
Las aves de granjas de autoconsumo infectadas con la influenza A (H5N1) fueron sacrificadas y eliminadas mediante entierro. Hasta el martes se habían confirmado cuatro focos distribuidos en Mariscal Estigarribia, Neuland, Filadelfia y en la zona de Faro Moro, todos en el Departamento de Boquerón. En el último caso, las aves fueron ayer sacrificadas con el método de dislocación cervical y luego enterradas para eliminar la posibilidad de contagios.
“Nosotros estamos segurísimos de que estamos conteniendo la enfermedad con estas medidas aplicadas, solo que hay un factor que no lo podemos controlar que son las aves migratorias, acuáticas o autóctonas que pudieron haberse infectado y quedar como reservorio de la enfermedad”, explicó el director de Epidemiología del Senacsa, Carlos Ramírez.
Los focos fueron confirmados con pruebas laboratoriales, pero además hubo otras notificaciones, cuyos resultados dieron negativo, incluyendo un aviso de sospecha desde Bella Vista, Amambay.
La circulación del virus está controlada por tierra, a través de las barreras sanitarias, rastreo epidemiológico y vigilancia instalada en el área de emergencia, que se extiende a unos 10 kilómetros a la redonda desde los focos de infección.
Pero persiste el riesgo de que las aves migratorias contagien a las silvestres y estas lleven la enfermedad a más animales de traspatio y, en el peor de los casos a las granjas industriales, que manejan gran volumen de producción y hasta de exportación.
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