Los dirigentes en el palco de honor del Feliciano Cáceres o el amistoso de General Díaz con árbitros de la UFI quedaron en el olvido, pero fueron los primeros episodios de la falta de compromiso de un grupo inconsciente e irrespetuoso de las reglas de seguridad que fueron reiteradas con el fin de garantizar la vuelta de la competencia. Vivimos con la sensación de equivocarnos en algún momento. Es más, el error está en el ADN del ser humano por naturaleza, pero hay situaciones como estas que superan el límite y se convierten en una cultura de la irresponsabilidad.
El fútbol fue mimado y exceptuado de las posturas tomadas contra la sociedad, pero falló por culpa de unos pocos. El protocolo abierto fue aceptado para que el jugador no se sienta asfixiado con meses de encierro, pero quedó a la intemperie de la conducta infiel al entrenamiento-casa-entrenamiento. El respaldo a la comodidad del futbolista fue total, por eso la junta entre los integrantes de la plantilla y algunos dirigentes, incluyendo al presidente de la institución, Édgar Monges, fue una flagrante violación y una falta de respeto al fútbol paraguayo y a la misma profesión. Y esto también apunta como una advertencia a Guaraní, que no tiene definido el foco de los 13 casos.
La decisión de suspender toda la ronda, tomada por los presidentes de clubes y Robert Harrison, es también injusta para quienes sí cumplieron y estaban concentrados en sus respectivos cruces. Ahora, la ansiedad del retorno, de la acción, depende de los nuevos resultados de los estudios de la enfermedad y queda postergada en principio hasta la próxima semana. Mientras tanto, estas acciones deben recibir un castigo, que en este caso sea ejemplar y no solamente justo. Y no importa si el asado no fue la razón del contagio, el antecedente permitirá que los demás protagonistas sigan las indicaciones y dupliquen el cuidado para evitar una propagación masiva del virus y la nueva paralización del fútbol.
Sudamérica, que sufre actualmente con mayor fuerza la propagación del coronavirus, estaba expectante del reinicio oficial de un campeonato con la reanudación de la temporada paraguaya, pero ante la brillante oportunidad ni intentamos en el mínimo pensamiento ser Alemania, la primera en regresar en Europa: no pararon y fueron un ejemplo mundial desde el accionar de las autoridades y el compromiso de los futbolistas. Jugaron el resto de la Bundesliga, de la Copa Alemania y generaron el efecto cadena para que otras ligas también tomen la decisión de volver al ruedo, mientras algunas, como la Ligue 1 de Francia decía adiós y coronaba al PSG. La determinación condujo a la UEFA a reanudar la Champions League y la Europa League y llegó al continente, donde Estados Unidos y Costa Rica también reiniciaron sus eventos.
Estos ejemplos y los caminos, desde la inversión económica y el despliegue logístico, tomados por la Asociación Paraguaya de Fútbol agigantaron la posibilidad del regreso del certamen.
La mayoría tiene el deseo de volver a ver a sus equipos, de estar los fines de semanas debatiendo sobre cada juego, de opinar, de criticar, pero también, y este punto desde una visión particular, que la mentalidad supere la torpeza, el conformismo y en algún momento tenga un click hacia el profesionalismo. Es una característica que falta, que nos falta.
@DarioIbarra01
Via ABC Color https://www.abc.com.py
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