Director del INAN confirma que servir almuerzo escolar a las 10:00 contraría lineamientos técnicos. Programa Hambre Cero enfrenta desafíos de supervisión.
El Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN) ha manifestado su preocupación ante las denuncias de padres sobre la distribución del almuerzo escolar a las 10:00 de la mañana en varias instituciones educativas del país. Fernando Romero, director del INAN, enfatizó que servir las comidas antes de las 11:00 horas no se ajusta a los lineamientos técnicos establecidos y podría comprometer los objetivos nutricionales del programa.
“No es el horario ideal. A partir de las 11:00 sería lo sugerido para que cumpla la condición de almuerzo. Probablemente, se da por infraestructura de la escuela, al verse rebasada la capacidad de logística para servir los alimentos”, explicó Romero en declaraciones brindadas a radio Monumental 1080. Esta situación evidencia un problema estructural en la implementación del programa de alimentación escolar que podría afectar tanto la calidad nutricional como los hábitos alimentarios de los estudiantes.
#HambreCero| Denuncia de alimentos en mal estado.
"El menú es redactado por el INAN y por un equipo de nutricionista que va haciendo el menú, kure caldo nunca fue el menú, ese día se sirvió picadito de carne de cerdo", ministro de Educación, @luisramirez_py.
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De acuerdo con el protocolo oficial, los estudiantes del turno mañana deberían recibir sus alimentos en el horario comprendido entre las 11:00 y las 12:15, mientras que aquellos que asisten al turno tarde deberían almorzar entre las 12:15 y las 13:00 horas. Estos horarios han sido establecidos considerando aspectos nutricionales, metabólicos y de desarrollo de hábitos alimentarios saludables en los niños y adolescentes.
El programa Hambre Cero, iniciativa gubernamental destinada a garantizar la seguridad alimentaria en el ámbito escolar, actualmente abarca a 8.500 instituciones educativas distribuidas en todo el territorio nacional. Sin embargo, el INAN enfrenta limitaciones significativas para la supervisión efectiva de este programa, ya que su capacidad operativa solo permite monitorear entre 2 y 3 escuelas diariamente. “Cubrir la totalidad es imposible por logística”, reconoció el director de la institución.
Esta situación genera interrogantes sobre la efectividad del sistema de monitoreo y control de calidad de los alimentos proporcionados en el marco del programa. La brecha entre la cobertura del programa y la capacidad de supervisión podría comprometer la detección oportuna de irregularidades y afectar la seguridad alimentaria de miles de estudiantes paraguayos.
El INAN ha iniciado investigaciones sobre la calidad de los alimentos tras denuncias específicas en la escuela San Jorge de Mariano Roque Alonso. Los profesionales de la institución tomaron muestras de los alimentos suministrados por la empresa Comepar, después de que padres reportaran que estos se encontraban en mal estado. El caso, conocido popularmente como “Kure caldo” (caldo de cerdo), continúa en etapa investigativa para determinar si existieron irregularidades en la calidad de los alimentos servidos a los estudiantes.
Especialistas en nutrición señalan que servir el almuerzo demasiado temprano no solo altera el horario metabólico natural de los niños, sino que también puede provocar que lleguen a sus hogares con hambre en horarios inadecuados, lo que podría llevar al consumo de alimentos no saludables. Además, esta práctica dificulta la formación de hábitos alimentarios ordenados, componente fundamental en la educación nutricional infantil.
La situación revela una problemática más amplia relacionada con la infraestructura educativa del país, donde muchas instituciones carecen de comedores adecuados o enfrentan limitaciones logísticas para servir alimentos a grandes grupos de estudiantes en horarios apropiados. Estas deficiencias estructurales comprometen la efectividad de programas sociales como Hambre Cero, diseñados precisamente para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de la población escolar.
Este escenario plantea la necesidad urgente de revisar y fortalecer los mecanismos de implementación y supervisión del programa de alimentación escolar, priorizando no solo la cobertura sino también la calidad y pertinencia de los servicios prestados. Asimismo, resulta fundamental invertir en la mejora de infraestructura y capacidad logística de las escuelas para asegurar que los alimentos sean servidos en condiciones y horarios adecuados, maximizando así los beneficios nutricionales y educativos del programa.
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