En el inicio del novenario de la Virgen de la Asunción, el presbítero Víctor Giménez, vicario general de la Arquidiócesis, instó a asumir con responsabilidad la vida pública ante desaciertos políticos.
Con mensaje a favor del respeto a los derechos humanos e instando a la participación responsable de todos en la vida pública, ‘‘porque si solo se deja en manos del político’’, este puede caer en grandes desaciertos e injusticias, ayer arrancó el novenario de Nuestra Señora de la Asunción.
El primer día de la novena, que tuvo como lema: Los laicos y el desafío de educar en la esperanza, se inició con procesión de la imagen de la Virgen de la Asunción por el microcentro, en medio de cánticos, alabanzas y el rezo del santo rosario en honor a la patrona del Paraguay y mariscala del Ejército paraguayo.
Los alumnos y el plantel docente de dos colegios, así como los heraldos del Evangelio, se encargaron de escoltar a la Virgen desde su oratorio (Palma y Chile) hasta la Catedral Metropolitana.
La misa fue presidida por el cardenal Adalberto Martínez Flores, arzobispo metropolitano, y concelebrada por el padre Víctor Giménez, vicario general, quien estuvo a cargo de la prédica.
El sacerdote dijo a los laicos que hay que vencer y eliminar toda discriminación por ser contrario al plan de Dios y tener libertad para participar cada uno de su propio destino.
‘‘Ser autor de nuestro destino indica participar y tener una gran responsabilidad en la vida pública, en la gestión pública de la seguridad de los derechos. El respeto y la promoción de los derechos humanos. El poder si está solo en manos de políticos y de los muchos especialistas que tenemos en la gestión pública, pueden caer en grandes desaciertos e injusticias’’, afirmó.
Sostuvo que para enfrentar la patología –o la enfermedad de la vida pública– del ‘‘erotismo, del poder en sí mismo y la corrupción sobre los bienes públicos’’, hay que tener la esperanza del tercer día, es decir, el fuego que sostiene firmes en la vida de laicos servidores de la Iglesia. ‘‘De ahí que la esperanza cristiana se entiende por el sufrimiento de la realidad y la esperanza de lo posible’’.
El padre Víctor Giménez dijo que hay que vivir el sufrimiento por la realidad que no es más que reconocer la miseria en el otro y que el talante de Jesús es identificarse con los más humildes de sus hermanos hambrientos desnudos, sedientos y encarcelados.
Misas. El rezo del rosario en la Catedral Metropolitana se realizará a las 18:30. Las celebraciones centrales de las misas, de lunes a sábados, serán a las 19:00. Mientras que las celebraciones dominicales serán en los horarios de 08:00, 11:00 y 19:00, respectivamente, durante el novenario.
Obispo de Caacupé pide erradicar justicia por manos propias
Darío Bareiro
CAACUPÉ
Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, habló de la violencia y de erradicar lo más pronto posible la justicia por manos propias, debido a que la paz se escapa de nuestras manos. Esto lo expresó durante la misa dominical en el Santuario de la Virgen de los Milagros.
“La injusticia te roba la paz y te lleva a la prepotencia y, cuando se llega a la prepotencia, viene la violencia. ¿Y nosotros hoy cómo nos encontramos en cuanto a violencia?’’, preguntó.
El prelado dijo que son increíbles los hechos de violencia en nuestras calles, en nuestros barrios, en nuestras propias casas, en nuestro país, en cualquier momento y hora. Sostuvo que uno ya no puede transitar de a pie y solo por las calles, porque corre el serio riesgo de ser asaltado.
‘‘Ante estos hechos, la gente cada vez se va armando más para defenderse, porque la paz se va escapando de nuestras manos. Mis queridos hermanos, poco a poco estamos llegando a implementar la justicia por manos propias. Consecuentemente, se debe erradicar lo más pronto posible esta situación’’, enfatizó el obispo.
Monseñor Valenzuela, haciendo referencia la Transfiguración de Cristo, reflexionó sobre la importancia de separarse de las cosas mundanas, para cumplir un camino hacia lo alto y contemplarlo a Jesús.
Dijo que esta ascensión espiritual, se logra con esa separación de las cosas del mundo, dejar del lado, el celular, la televisión, todas las cosas que nos puedan distraer. Alentando a estar a solas y en ese silencio para orar. ‘‘Nuestro mundo actual, está rodeado y lleno de tantos ruidos que nos aturden y nos hacen sordos’’.
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