- Fueron 43 votos, casi unánime.
- Dos senadores tenían que viajar. Me hace sentir reconfortado porque no solo cada uno emitió su voto sino todos emitieron una opinión personal. A la vez de otorgarme legitimidad, en la audiencia dijeron que nadie podía tener el mando de los grupos. Todos coincidieron en que la institución tiene que evolucionar y que hace falta “manos limpias para trabajar”.
Abdo dice tener esperanza en que Emiliano Rolón devuelva credibilidad a la Fiscalía
- ¿De dónde es Emiliano Rolón?
- Yo soy originario de Escobar, departamento de Paraguarí. Con la decadencia del ferrocarril tuvimos que venir a buscar mejores horizontes. Vine con mis abuelos paternos. Nos criamos en el barrio Jara. Me formé en los colegios públicos. Entré en la escuela “Espíritu Santo”, en el colegio “Mariscal López” y el Sportivo Ameliano es mi club. Fui jugador de fútbol mucho tiempo en Segunda de Ascenso. Sigo mi rutina de ejercicios y caminatas, presión 12-8 (sonríe).
Senado aprueba al nuevo fiscal y pide reivindicar ente tras nefasta era Quiñónez
- ¿Cuántos años?
- Tengo 66 años.
- ¿Experiencia?
- Terminé la carrera de Derecho (Universidad Nacional) en el año 82. Soy escribano público. Tengo la nota máxima en mi tesis doctoral. Tengo 40 años de experiencia como abogado y magistrado. Soy profesor titular de Derecho Penal en la Universidad Nacional. También profesor titular en la Escuela Judicial y en el Colegio de Policía...
- ¿Cómo lo ven los policías después de su fallo aquel por el cual liberó a los acusados de la matanza de Curuguaty?
- Cuando alguien dice que la Policía no me quiere por ejemplo, no es cierto. En el tema Curuguaty (15 de junio de 2012) soy uno de los más sentidos porque el tema no pudo sancionarse porque precisamente hubo negligencia en la investigación. Y eso es coincidente con los medios de información que publicaron todos los detalles y todas las filmaciones. Erven Lovera (el jefe policial asesinado en la masacre) era mi alumno en el Colegio de Policía, imagínese, cómo uno no va a tener sentimiento. El caso fue un desafío para el Estado de Derecho, cómo condenar cuando la responsabilidad penal es individual...
- ¿Cuál fue la controversia en este tema?
- Hubo por primera vez una diferenciación clara de la misión que tiene el Ministerio Público y la misión que tiene el Poder Judicial. El Ministerio Público tiene la obligación de formar el caso, trabajarlo hasta llegar a un estado de convencimiento en cuya circunstancia acusa. A partir de allí, el órgano jurisdiccional o Poder Judicial tiene que controlar, evaluar la información que trae el Ministerio Público y finalmente, a través de la audiencia preliminar lo acepta o no para el juicio oral. En el juicio oral deben producirse las evidencias. Eso ocurrió. Hubo una sentencia de primera instancia condenatoria, una sentencia condenatoria en segunda instancia pero no examinaron con puntillosidad la dimensión de las evidencias, y si se hubiesen examinado esas evidencias no se hubiera llegado a una situación de condena.
En lo penal se requieren condiciones para que un hecho sea pasible de sanción. Tenemos que admitir que existen reglas. Se exigen pruebas legales...
- Murieron 6 policías y 11 campesinos...
- Hubo muertes en los dos bandos enfrentados. La realidad no se puede discutir. En segundo término, ¿cómo determinamos el tema de la responsabilidad individual. ¿Qué evidencias nos trae el fiscal de que los condenados son los comitentes del hecho? Tiene que haber una relación clara, directa entre el arma homicida, el titular, los restos de los proyectiles caídos, etcétera. No se hizo criminalística, no se hizo balística. Está el escenario del crimen. Todos los medios de información periodística que acudieron al sitio de los hechos registraron un cúmulo de filmaciones. A 48 horas del suceso se encontraban todavía cadáveres en el escenario del crimen. Políticos de la zona opyvoí voí la te’onguere, ha ojupí la arma, ha o embolsá, ha oguerajá. Imagínese...
- (El seccionalero Julio) Colmán fue uno de ellos...
- Entre los más conocidos. La última esperanza que teníamos era la documentación de la Policía que dio una versión de que se filmó todo lo que pasó. La información final fue que la filmación supuestamente se perdió en el momento de desgrabar...
- Se dijo que usted comulgaba con los izquierdistas...
- Yo no soy izquierdista. No comparto las ideologías totalitarias, en fin, nos caen así con una imagen de condena. En resumen, todos (los jueces del tribunal) coincidimos en la nulidad: Arnaldo Martínez Prieto, el doctor Cristóbal Sánchez y yo. Hubo una pequeña diferencia en el mecanismo de solución. El voto en mayoría, el del Dr. Martínez Prieto y yo, decidimos por la absolución. En principio, si hablamos de que no existen evidencias que hacen a la culpabilidad personal de cada uno, entonces qué es lo que se puede discutir en el juicio oral. No tiene sentido.
- En disidencia votó Cristóbal Sánchez...
- Sánchez pidió un nuevo proceso. Dijo: “Yo estoy de acuerdo en que hay defectos”. En cambio, nosotros dijimos: “Si llevamos a juicio oral vamos a prolongar la agonía”. Ese era un poco el motivo. Martínez Prieto y yo fuimos enjuiciados (por el Jurado de Enjuiciamiento). Cristóbal Sánchez no fue enjuiciado.
- Hubo mucho ingrediente político. Acabó con el Gobierno democrático. Con el Marzo Paraguayo (1999) pasó lo mismo: crímenes sin resolver para echar un Gobierno democrático.
- La politización de la justicia o la judicialización de la política siempre genera este tipo de inconveniente. El hombre de derecho tiene que ser capaz de resolver siempre de acuerdo a las reglas.
- Crímenes terminaron con dos gobiernos. El problema para los administradores de justicia debe ser complejo. Su cabeza depende de los vaivenes de la política...
- Teóricamente sí. El juez, en un estado social de derecho debe hacer su tarea tratando de mantenerse indemne a estas realidades políticas que existen. Las pasiones obnubilan la mente. A partir de la Constitución del 92 el fiscal tiene autonomía y autarquía para ejercer su función de acción penal pública. El juez ya no investiga. Tiene que mantenerse en el medio y las evidencias del hecho y la participación criminal las lleva el fiscal. El juez evalúa en diferentes etapas y las pruebas deben producirse. Reitero, las bases de la responsabilidad penal son individuales.
- Devolver la credibilidad es la cuestión. El clamor proviene hasta del exterior, Estados Unidos, la Unión Europea...
- Nosotros nos hacemos eco del clamor popular. Nuestro problema es la alta corrupción que conmueve a la sociedad. Soy muy consciente de la responsabilidad, hay mucho por hacer. Hay que empezar ordenando la casa. Vamos a hacer un diagnóstico básico inicial para perfilar la actividad a futuro. Fíjese que el espacio que se llama Ministerio Público la cabeza del fiscal general tiene la atención máxima. No puede ocuparse de todo el fiscal general. Tiene que utilizar los medios con que cuenta y utilizar otros que se pueden plantear.
- Hay algunos que no están contentos con su elección. Desconfían, aunque no identifican todavía a qué sector político usted responde...
- Yo estoy en la escena desde hace tiempo. Un problema que siempre tuve para recalar en la Corte Suprema de Justicia, entre otros, es que yo básicamente no soy apegado a los grupos de poder. Creo en la independencia judicial, en la independencia fiscal. Si hacemos un recuento rápido, mi trayectoria de ruta es indicadora. Estuve en el 2007 como candidato para la Corte, luego pasa el tiempo y desde ese año 2007 estuve tres años y medio en terna porque las pasiones políticas estaban divididas. Se llegó al extremo de que de una terna surgieron dos personas. Eso hay que decirlo. Quiere decir que los grupos nunca estaban confiados en el perfil profesional. Luego el otro momento histórico estuve en otra terna: las mismas dificultades. Tuve un voto por ahí. Pero siempre estuvo mi perfil profesional a la consideración pública. Yo no quiero creer que mi elección de esta semana sea producto de un pacto político. Jamás me reuní con ninguno de los grupos y eso me da todavía mayor satisfacción...
- Lo preocupante finalmente es la impunidad, el descreimiento en la justicia. El riesgo es el retroceso. Es muy triste ver países como Perú sumido en el caos. No se puede sostener un Gobierno...
- La conflictividad existe en todos los países. El caso Perú es simplemente una conflictividad un tanto con marcos propios. Lo nuestro es la inseguridad ciudadana, las pasiones políticas por lo menos se reducen a ciertos límites en esos temas: la inseguridad, el narcotráfico, la trata de blancas, los delitos sexuales, etcétera, el terrorismo..., son flagelos que tienen marcada una agenda distinta, la corrupción también. Tenemos que marcar la agenda aprovechando el personal útil. Ver si no está contaminado y ver la necesidad de ir cambiando las piezas de acuerdo a esa conclusión que tengamos y del diagnóstico que habrá de hacerse.
- Se habla y se denuncia casos de fiscales que tienen cuestionamiento en su accionar...
- Categóricamente. Las denuncias hechas por el Senado tienen que tener andamiento. Vamos a averiguar porqué quedan quietos los procesos, porqué no se realizaron investigaciones, porqué fueron selectivas las imputaciones, si hay elementos o no para hacerlo... Hay preguntas básicas que habrá que ir dilucidando...
- Usted tiene el peso de un fiscal, Marcelo Pecci, asesinado por el crimen organizado. Ya no son crímenes políticos que echan gobiernos. Ya es el narcotráfico. Hay políticos, senadores, diputados involucrados...
- El crimen está organizado. Yo me considero capaz de asumir el liderazgo para enfrentarlo. El punto de partida es ordenar la casa. A partir de ahí, con conceptos claros y organizados se puede combatir a esos flagelos. El crimen contra el fiscal Pecci (ocurrido el 10 de mayo pasado en Colombia) es indicador de que las fronteras no son suficientes para proteger una vida. La cooperación internacional es fundamental.
- ¿Cuál fue el error de Sandra Quiñonez?
- Creo que está en el hecho de estar un poco comprometido en todo lo que es su liderazgo, su falta de consistencia en la atención de los casos son los principales. Yo creo que la opinión pública y la nación la van a juzgar al término de su mandato, porque ese es el objetivo del juramento cuando se asume el cargo.
- ¿Cómo ve usted su futuro después de la Fiscalía?
- Me retiro. Estoy en tiempo de jubilación. No tengo otras ambiciones. Sirviendo a la Patria quiero honrar la memoria de los que me dieron la vida y encauzaron mi formación. Lo único que quiero es que la ciudadanía tenga la confianza, que me dé el crédito inicial así como se le da a la gente que asume una función nueva, convencido de los problemas que existen, que son muchos. Quiero que me den el crédito de la buena fe y la intención de hacer lo mejor. Espero cumplir con lo que dice mi hoja de ruta, mi trayectoria y la confianza plena de que no voy a defraudar la confianza que depositaron en mí.
source https://www.abc.com.py/politica/2022/12/18/me-considero-capaz-para-enfrentar-al-crimen-organizado/
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