Unicolores necesitan agua bendita
Los solenses necesitan bañarse con agua bendita. No les sale absolutamente nada. Reciben goles con facilidad y les cuesta una enormidad marcarlos. Además, la mala suerte por los contagios de covid, una expulsión en plena levantada y más bajas por acumulación de tarjetas amarillas. Las cosas malas llegan todas juntas.
El Cacique encontró facilidades para encaminarse a su objetivo de cerrar en una mejor ubicación el Apertura, al quedar fuera de la pelea por el título y eliminado de la Libertadores. Es que la defensa solense fue una invitación al gol, con errores en la cobertura.
Con tanto espacio para maniobrar, Miguel Benítez parecía Roberto Carlos. En su primera intervención ofensiva le dio un pase gol a Fernando Fernández, quien no falló. El lateral izquierdo volvió a ser decisivo, ya que un envío suyo fue aprovechado por Valdez Chamorro, autor del segundo tanto.
Los unicolores tuvieron oportunidades para acortar distancias, pero las resoluciones del “Mudo” Valdez, Luis Ortiz, Cazal y Nildo resultaron fallidas. El “Queso” Fernández había marcado el tercero, pero no subió al marcador por una mano previa de Juan Franco.
Con el “shampoo” del entretiempo y un par de variantes, Sol mejoró su imagen en la complementaria, hasta que Édgar Ferreira fue echado y la ilusión de la remontada se esfumó al toque. El Legendario pudo haber triunfado por goleada, pero sus avances fueron resueltos con displicencia.
El problema solense parece no pasar por el técnico (Éver Almeida es el tercero del año), sino por los futbolistas. Falta compromiso, jugar el partido como si fuese el último y así retribuir lo que les brinda la directiva. Un club modelo que no merece este presente.
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