Los All Blacks, que ganaron por última vez en 2018, eran virtuales campeones tras su victoria sobre los Pumas (38-0) el pasado fin de semana y recuperan de esta forma el trofeo conquistado por Sudáfrica (ausente este año por la pandemia) en 2019.
Nadie dudaba del triunfo final de Nueva Zelanda antes del partido, pero Pumas y Wallabies, que ya habían empatado hace dos semanas (15-15), todavía tenían unas ínfimas opciones matemáticas: los argentinos debían ganar por 93 puntos y los australianos por 101, además de conseguir el bonus ofensivo, pero el milagro no se produjo.
Los dirigidos por Mario Ledesma, criticados en la semana por su poco entusiasmo al homenajear a Diego Armando Maradona, jugaron todo el partido con el N.10 de la leyenda argentina en una manga de sus remeras. “Fue una semana muy difícil desde el domingo para acá, una montaña rusa emocional”, pero “el grupo se sintió muy unido”, expresó Mario Ledesma tras las críticas y la salida a la luz de tuits xenófobos y discriminatorios escritos por tres de sus jugadores entre 2011 y 2013, incluido su capitán, Pablo Matera, quien no jugó.
Argentina y Australia finalizan el torneo igualadas a 8 puntos, pero los Pumas acabaron en segundo lugar gracias a una mejor diferencia anotadora al término de un torneo en el que vencieron por primera vez en su historia a los All Blacks (25-15). AFP
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