Un crimen
La quema de todo material vegetal, bajo el concepto de “limpieza”, como rastrojos del cultivo anterior, las coberturas para la siembra directa, pasturas mal manejadas, el simple “ñanandy” o la parcela en descanso es un crimen contra la naturaleza, pues reduce la capacidad de infiltración de las aguas de lluvias, fundamental para la producción agrícola, respondió.
Resulta que esta costumbre “maldita” de quemar en periodos de secas, convierte al fuego de una herramienta de limpieza, en un arma de eliminación del mecanismo natural de recuperación de la fertilidad de los suelos, señaló.
Déficit de agua
Al realizar la quema en condiciones de déficit de agua como se da actualmente, la combustión del material inflamable calienta en exceso la primera porción del horizonte del suelo donde se encuentran los microorganismos aeróbicos responsables del proceso de transformación del residuo vegetal, en humus.
Matan microorganismos
Las altas temperaturas, aparte de oxidar el carbono y perderse como CO2, reducen el tamaño de los agregados superficiales o los eliminan y coagulan las estructuras corporales (aminoácidos) de los microorganismos, los matan.
Entonces no existen procesos de transformación aeróbicas de los restos vegetales superficiales, responsables de la liberación de subproductos (formación de ácidos urónicos, poliurónicos, jaleas fosforiladas, etc.) encargadas de la formación de agregados o estructuras superficiales de alta porosidad que permiten la infiltración de agua de lluvia por gravedad. Por eso es común ver hoy en día procesos de erosión hídrica que ocurren, no solo en los suelos con producción agrícola sino también con pasturas.
La ignorancia
El desconocimiento (o la ignorancia) sobre los efectos dañinos de la quema o considerar al fuego como “indispensable” de los procesos de producción en su finca es un atentando contra la fertilidad de sus suelo; el humus es responsable en más de 70% de la capacidad de intercambio catiónico (CIC), o sea su producción.
Siembra directa
En Paraguay se ha avanzado a través del sistema de siembra directa con el uso de la cobertura muerta para la siembra (abonos verdes, rastrojos de cultivos anterior), pues al remover mínimamente el suelo ha permitido una mayor infiltración y acumulación del agua de lluvia en el suelo permitiendo aumentar la materia orgánica del suelo e incrementar los rendimientos.
El problema que atenta contra este sistema de producción sigue siendo el desconocimiento sobre el ciclo del agua y el carbono en el suelo (la ignorancia) y en ciertos casos los “compadres” (piromaníacos) muy colaborativos que disfrutan de ver el limpio el campo sin rastrojos.
source https://www.abc.com.py/nacionales/2020/09/30/las-quemas-matan-toda-la-vida-del-suelo/
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