El exgobernador Rodolfo Friedmann atribuyó la compra de acciones en Nápoles SA a un anticipo de herencia de su madre Guadalupe Alfaro. Así declaró a la Contraloría General de la República (CGR).
En realidad, había suscrito 30 acciones de G. 100 millones cada una, por un valor de G. 3.000 millones, según la escritura de la sociedad anónima que primeramente se denominaba Nápoles SA y después pasó a llamarse Estonia SA.
Friedmann justificó la millonaria inversión con una supuesta herencia de su mamá Guadalupe quien aparece como socia del mismo, en una sociedad donde juntos pusieron G. 5.000 millones en efectivo y de una sola vez. Referencias sobre la mujer señalan que ella proviene de una familia de clase media para abajo, ex cajera de un banco extinto de la zona de Villarrica.
En teoría G. 2.000 millones de los G. 5.000 millones con que fue integrado la sociedad familiar, es plata que puso Guadalupe.
Sin embargo, ella no tenía mayores movimientos comerciales, estuvo sin trabajo por mucho tiempo hasta que su hijo Rodolfo le ayudó para explotar una pequeña cantina dentro de la Azucarera Friedmann. Los obreros de la fábrica y gente de la zona la recuerdan con mucho cariño, describiéndola como una mujer que vendía empanada y servía agua caliente en sus tiempos de cantinera, digno oficio que dejó cuando su hijo asumió como jefe departamental de Guairá.
Cabe recordar que además de Estonia, Friedmann registró Yhaca SA junto a su ex esposa Luz Mabel Ortigoza, en el 2008, y en el plazo de un año completaron G. 2.000 millones, según escritura. Una estancia se atribuye a esta sociedad, sin embargo, después hubo un problema en la pareja y entraron en una demanda judicial, de la que la ex pareja no quiso hablar.
A parte de la madre, cabe recordar que en la sociedad de los G. 5.000 millones figuran como síndicos, Ovidio Cuevas Leiva, un ex enfermero, leal de Friedmann que escaló rápidamente en política en la ciudad de Villarrica y fue blanco de denuncias por desvíos de fondos públicos.
También figura como síndico suplente de la referida sociedad, Marta Caballero Figueredo, ex funcionaria de la gobernación.
Friedmann no quiere hablar, no responde sobre la inyección de los G. 5.000 millones en Nápoles SA y atribuye las publicaciones a una campaña de desprestigio por parte del Grupo Cartes.
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