La Contraloría General de la República desafía circular del Ministerio de Educación y reafirma que los directores de escuelas son “parte esencial” en el control de calidad de los alimentos del programa “Hambre cero”.
La Contraloría General de la República (CGR) ha puesto en evidencia una notable contradicción institucional con el Ministerio de Educación respecto al programa de alimentación escolar “Hambre cero”, cuestionando directamente una reciente circular ministerial que limita la participación de directores en el control de alimentos.
Camilo Benítez, titular de la CGR, afirmó categóricamente que los directores de instituciones educativas son “parte esencial” del proceso de control de calidad de los alimentos distribuidos por el programa gubernamental, desautorizando así las directrices emitidas por el viceministro de Educación Básica, David Velázquez.
La circular ministerial expresamente prohíbe a los directores intervenir en la evaluación de la comida proveída por empresas contratadas o gestionar reclamos relacionados con el servicio, generando un evidente conflicto de competencias entre dos instituciones estatales claves para la implementación del programa.
“Lo que diga la circular del Ministerio de Educación no me hace nada y ni siquiera es una normativa”, expresó Benítez con contundencia, añadiendo que “si es violatoria de cualquier norma, nadie tiene por qué hacer caso”. Esta postura desafiante refleja la determinación de la Contraloría para mantener sus mecanismos de supervisión independientes de las restricciones impuestas por el MEC.
Durante la primera semana de implementación del programa, la Contraloría desplegó un operativo significativo que incluyó la visita de auditores a aproximadamente 400 instituciones educativas. Estas inspecciones se enfocaron principalmente en evaluar la “satisfacción del usuario” y verificar la correspondencia entre las raciones distribuidas y la matrícula estudiantil.
Los controles revelaron “diferencias” preocupantes entre la cantidad de alimentos provistos y el número de estudiantes registrados, una situación que, según Benítez, debería normalizarse durante la segunda semana de implementación del programa.
El contralor también destacó que el éxito de “Hambre cero” constituye una “prioridad absoluta” para la institución que dirige, al punto de haber asignado aproximadamente la mitad de todos sus auditores disponibles para monitorear el programa en territorio. Esta dedicación de recursos humanos demuestra la importancia estratégica que la CGR otorga a la correcta implementación de esta política pública.
La controversia evidencia las dificultades de coordinación interinstitucional en la implementación de programas sociales de gran envergadura y plantea interrogantes sobre la efectividad de los mecanismos de control cuando existen directrices contradictorias desde diferentes organismos estatales. Mientras tanto, la Contraloría mantiene habilitado su portal “Ñangareko” para canalizar denuncias relacionadas con irregularidades en el programa, reforzando su compromiso con la transparencia en la gestión de los recursos públicos destinados a garantizar la alimentación escolar en Paraguay.
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