Según el titular de Educación, las tareas escolares afectan negativamente la relación madre-hijo y no han demostrado mejorar el aprendizaje.
El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) emitirá próximamente una directiva que eliminará la práctica de asignar tareas escolares para ser realizadas en los hogares, según confirmó el ministro Luis Fernando Ramírez. La medida, que representa un cambio significativo en el paradigma educativo, se fundamenta en el argumento de que las tareas tradicionales deterioran las relaciones familiares sin aportar mejoras sustanciales al aprendizaje. Esta iniciativa forma parte de un plan más amplio que busca transformar estructuralmente el sistema educativo nacional, incluyendo la revitalización de centros educativos y escuelas de barrio.
En declaraciones realizadas a ABC Cardinal, el ministro Ramírez explicó que “la casa no es el lugar para hacer las tareas” y que muchas madres “no están preparadas” para asumir ese rol, ya que en el proceso “sufren distintas cosas”. Uno de los argumentos centrales presentados por el titular de la cartera educativa es que la interacción negativa generada durante la realización de tareas domiciliarias “destruye la relación afectiva entre madre e hijo”, sacrificando vínculos familiares por actividades que, según su criterio, “no cumplen con un sentido pedagógico o no mejoran los aprendizajes”. Esta postura refleja una preocupación por el impacto emocional que las tareas tradicionales pueden tener en el entorno familiar.
El ministro reforzó su posición señalando que, pese a décadas de implementación de tareas escolares, “la educación no mejoró”, lo que cuestiona la efectividad de estas prácticas como herramientas para el fortalecimiento del aprendizaje. “Se viene haciendo la tarea y la educación no mejoró”, afirmó Ramírez, quien insistió en que este método tradicional “destruye la relación con la familia”, sugiriendo que los costos emocionales superan los beneficios educativos. Esta perspectiva plantea interrogantes sobre la eficacia de las metodologías convencionales y abre el debate sobre la necesidad de explorar nuevos enfoques pedagógicos adaptados a las realidades contemporáneas.
Ante la próxima implementación de esta directiva, el ministro indicó que los docentes deberán desarrollar estrategias alternativas para fortalecer el aprendizaje dentro del aula. “El maestro tiene que buscar otras estrategias de aprendizaje en su aula y si la consigna es que si se van a dar tareas para la casa, que sean adecuadas para la casa”, explicó Ramírez, sugiriendo que, si bien se desalentarán las tareas domiciliarias tradicionales, podría haber excepciones para actividades específicamente diseñadas para ser realizadas en el entorno familiar. Esta aclaración indica que la medida no busca eliminar por completo la continuidad del proceso educativo fuera del aula, sino reorientarlo hacia formas más adecuadas y menos conflictivas.
El anuncio del ministro coincide con iniciativas de jóvenes voluntarios que, apostando a la educación de niñas y niños, buscan metodologías alternativas tanto para el estudio como para la realización de tareas escolares. Estos esfuerzos comunitarios podrían complementar la nueva dirección que toma la política educativa oficial, generando espacios alternativos donde los estudiantes puedan recibir apoyo académico fuera del horario escolar regular. La sincronización entre estas iniciativas voluntarias y las políticas ministeriales podría fortalecer el ecosistema educativo, especialmente en comunidades con recursos limitados.
Ramírez enfatizó que la eliminación de las tareas domiciliarias tradicionales no es “una idea al aire”, sino parte de un plan integral que involucra “cambios estructurales y profundos” en el sistema educativo paraguayo. “Es un proceso y la idea general es más profunda”, aseguró el ministro, vinculando esta medida específica con objetivos más amplios como la revitalización de centros educativos de barrio, que podrían convertirse en espacios para que los estudiantes realicen actividades académicas complementarias bajo supervisión adecuada. Esta visión sugiere un replanteamiento del rol de las instituciones educativas en las comunidades, extendiendo su función más allá del horario lectivo tradicional y convirtiéndolas en centros integrales de aprendizaje y desarrollo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario