Berizzo convirtió en mediocre a nuestra selección
Si en el llano a nuestro equipo le cuesta jugar, caía de maduro que las dificultades en la altura serían superiores, con un rival que acompañó con fútbol de toque y presión a su aliada, la altura.
Pases equivocados, circulación intrascendente del balón de un costado a otro, un tempranero pique sin ningún sentido de Almirón que lo dejó extenuado y una intervención de Silva para evitar el autogol de Cardozo Lucena en su intento de despeje. El panorama no era bueno y se empeoró con el tanto boliviano.
Pelota perdida por Miggy, resbalón de Balbuena, Gómez que prueba la resistencia de la vestimenta de Ramallo que al escaparse de la marca despidió un zurdazo y desde fuera del área venció a Antony.
La posibilidad del empate vino caída del cielo. Envío de Romero Gamarra que dio en el brazo de Sagredo. Inesperado penal por el desarrollo del encuentro, malogrado por Tony Sanabria, quien optó por la potencia en vez de la colocación. Su disparo fue como despegue de avión, arriba. Un regalo que no fue aprovechado.
A pesar de ese impacto anímico negativo, Paraguay tuvo sus chances. Balonazo de Almirón desviado en Enoumba, tiro de Sánchez controlado por Lambe y remate que Villasanti que rozó el palo.
En el segundo tiempo, César Farías introdujo un par de variantes de movida, mientras Berizzo dejó pasar minutos para realizar los cambios. En cierta medida las expectativas se renovaban con el ingreso de los hermanos Romero, pero en medio de ese proceso se dio la historia de la manta corta: si te tapás la cabeza, te destapás los pies. Los albirrojos fueron con todo al ataque en una maniobra de pelota quieta y quedaron desprotegidos en defensa. Luego de una veloz salida boliviana, Villarroel amplió la ventaja y prácticamente liquidó el expediente. Es que nuestro elenco no daba señales de recuperación.
Por largos pasajes, el partido fue de mero trámite, hasta que los verdes se dieron cuenta que podían más, volvieron a pisar el acelerador y redondearon la goleada con las anotaciones de Abrego y Fernández.
Fue otro duro golpe recibido por la Albirroja, geográfica y futbolísticamente lejos de Qatar, por su conducción técnica deficiente. Es una pena que este selectivo sudamericano no contemple una tercera rueda, para volver a jugar contra Venezuela.
Arbitraje: tarea facilitada por el resultado
El uruguayo Andrés Matonte, 33 años, árbitro de Primera desde el 2017 y con insignia de FIFA a partir del 2019, fue favorecido por el amplio resultado alcanzado por Bolivia sobre Paraguay para pasar prácticamente desapercibido.
Los protagonistas colaboraron con la labor referil. Se dio un enredo con los brazos entrecruzados en Gustavo Gómez y Marcelo Martins Moreno.
El juez charrúa no dudó en cobrar el penal por el brazo abierto en el área de Sagredo, después de un envío de Kaku Romero Gamarra.
En el segundo tiempo, los bolivianos reclamaron de manera tímida una pena máxima por un agarrón de Balbuena que el soplapitos no consideró.
Fueron exhibidas cuatro tarjetas amarillas, dos para cada selección. En cuanto a datos estadísticos, la Albirroja tuvo 54 por ciento de posesión y 81% de precisión en los pases, que no sirvieron para evitar la catastrófica derrota en La Paz.
Via ABC Color https://www.abc.com.py
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