Es como ser vicecampeón mundial, porque las Olimpiadas y la Copa del Mundo son los dos eventos más importantes a nivel mundial.
Desde aquella gesta ya pasaron Beijing 2008, Londres 2012, Río 2016, Tokio 2020, y no hubo ni por asomo alguna posibilidad de repetir la proeza. En fútbol ni en las otras disciplinas deportivas.
Un detalle que tendría que tener muy en cuenta el Gobierno paraguayo, y así poder destinar más presupuesto para la preparación de los atletas.
La epopeya paraguaya se inició en Thessaloniki (Tesalónica o Salónica, en español), una ciudad portuaria y turística de Grecia, a orillas del Mar Egeo, a unos 500 km de la capital. Allí se forjó la ilusión Albirroja Sub 23, que como las otras selecciones, se reforzó con tres jugadores mayores.
El DT Carlos Jara Saguier eligió al defensor Carlos Gamarra, al volante Julio Enciso y al goleador José Cardozo, quienes formaron la columna vertebral del equipo.
No participó del desfile inaugural
El debut fue un jueves 12 de agosto, un día antes de la inauguración de los Juegos en el Olímpico de Atenas. Los jugadores no participaron del desfile porque ya estaban concentrados en Tesalónica, donde la escuadra guaraní se impuso 4-3 a Japón con anotaciones de Pablo Giménez, Pepe Cardozo (2) y Aureliano Torres.
El primer paso estaba hecho y se llegó con confianza a la 2ª fecha contra Ghana, nuevamente en el estadio Kaftanzoglio. Carlos Gamarra puso el 1-0 a los 76 minutos, pero el rival remontó en los 10 minutos finales (1-2). Así, el equipo africano amargaba otra vez a los nuestros, como lo hiciera en los juegos de Barcelona 92 (eliminación en 4tos).
En Atenas, duelo por el pase
Se llegó a la 3ª y última fecha con la obligación de ganar a la favorita Italia para seguir en carrera. La Azurra tenía en el plantel a destacadas figuras como Andrea Pirlo, Daniele De Rossi, Alberto Gilardino, Andrea Barzagli, quienes dos años más tarde se coronarían campeones del mundo en Alemania 2006. Un panorama difícil, porque también se cambiaba de escenario, de Tesalónica a Atenas.
Por primera vez los albirrojos se hospedaron en la Villa Olímpica y pudieron compartir espacio con los mejores atletas del universo.
También tenían la posibilidad de visitar la histórica ciudadela de Acrópolis del siglo V a. C. con el templo del Partenón, como una de las maravillas del mundo y que era atracción de los turistas. “Nosotros no venimos a hacer turismo, venimos a buscar una medalla”, respondió el capitán Gamarra, poniendo en énfasis el compromiso que tenían con la selección.
El duelo con los italianos fue en el Georgios Karaiskakis. Paraguay comenzó sufriendo, pero a los 14 minutos, el Zorro Bareiro pudo anotar de cabeza tras un centro de Aureliano Torres y poner el 1-0, un resultado que supieron defender hasta el final con un par de buenas tapadas de Diego Barreto.
Triunfo heroico y clasificación a cuartos de final, etapa en la que enfrentaría a Corea del Sur, nuevamente a Tesalónica, donde Paraguay se impuso 3-2 con goles de Bareiro (2) y Cardozo.
Medalla asegurada contra Irak
Penúltimo paso cumplido hacia el objetivo. El rival en semifinales fue Irak, contra la que impuso su mayor oficio y se llevó la victoria (3-1) con un doblete de Cardozo y una diana de Bareiro. Con este triunfo, ya estaba asegurada la medalla de plata y quedaba luchar por la presea dorada contra la gran favorita Argentina de Marcelo Bielsa, que llegó a la definición tras ganar todos sus partidos y sin recibir gol.
La final, sin el goleador
Para la final, Paraguay perdió por lesión a su goleador José Cardozo (5 tantos en 5 partidos). En ese momento se llegaron a lamentar las ausencias de dos figuras que podrían haber dado una mano: Roque Santa Cruz (Bayern) y Nelson Haedo Valdez (Werder Bremen), quienes estaban en edad reglamentaria, pero “no fueron cedidos por sus clubes”.
La definición fue el sábado 28 de agosto, un día soleado, calor picante en el Olímpico de Atenas y en un horario inusual: las 10 de la mañana de Grecia y 03:00 de la madrugada de nuestro país.
Paraguay, utilizando una vez más la casaca amarilla, fue sorprendido a los 18 minutos con el gol de Carlos Tévez, del que nunca pudo sacudirse. El equipo sintió mucho la baja de Cardozo y no tuvo peso en ofensiva. Además, la Albirroja sufrió las expulsiones de Emilio Martínez y Diego Figueredo y tuvo que resignarse a la medalla de plata.
Esta última actuación no quita mérito a la gran campaña del puñado de jugadores. Porque no es poca cosa lo conseguido: “La mayor hazaña alcanzada hasta ahora por un equipo paraguayo en unas Olimpiadas”.
Efjaristó (Gracias).
Silverio Rojas
Via ABC Color https://www.abc.com.py
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