Al principio de la cuarentena, el desafío era encontrar cosas que hacer estando en casa todo el día. Con la prohibición de aglomeraciones, realización de eventos o la simple permanencia sin justificación en las calles, la población mundial tuvo que ingeniarse y reconfigurar su modo de vivir.
Ahora que el confort descubierto en el hogar sufrirá variaciones, el temor de salir a las calles puede generar angustia y ansiedad. Esta situación tiene sus similitudes con el síndrome de Estocolmo o con el síndrome de la cabaña, según varios investigadores del comportamiento humano.
El psicólogo Hugo Bauzá explicó que, si bien cada persona reacciona de forma distinta ante cada situación, es muy normal que luego de permanecer mucho tiempo en casa se desarrollen temores relacionados a salir a la calle, donde aún circula el virus. ”Debido a la alta probabilidad de contagio y los pocos recursos con que contamos para detener la enfermedad, es muy probable que las personas se sientan impotentes o incluso desesperadas mientras el COVID-19 no tenga otras medidas de control. Y las personas más vulnerables probablemente sufrirán más”, puntualizó.
Los humanos desarrollan rutinas para hacer frente a situaciones desconocidas y quedarse en casa fue un desafío totalmente inesperado. Ahora que el aislamiento se volvió habitual, volver a la normalidad produce un efecto contrario al esperado, según expresó.
Si bien el confinamiento forzoso es difícil a nivel psicológico para todos, aquellos que debieron pasarlo solos son más propensos a desarrollar estos síndromes, ya que la sensación de soledad es mucho más profunda.
“Volver a la normalidad, o mejor dicho adaptarse a la nueva normalidad, tiene sus desafíos, porque salir progresivamente de la casa no implica hacerlo como lo hacíamos anteriormente, por lo menos no por ahora. Salir del confinamiento implica aprender a vivir teniendo en cuenta ciertas normas para evitar ciertos riesgos”, subrayó.
La incertidumbre ante el peligro de ser contagiado es real. Las precauciones son válidas y el miedo es justificado, según mencionó.
En ese contexto, Bauzá citó a Ido Erev, especialista en Ciencia de la Conducta y Administración del Instituto de Tecnología de Israel Technion en Haifa, quien afirmó que “la toma de decisiones bajo amenazas sugiere que al principio la mayoría de las personas tenderán a reaccionar de manera exagerada, pero luego con un poco de experiencia, al no encontrar, peligro se irán relajando y empezarán a pensar ‘no me pasará a mí'”.
¿Cómo afrontar el temor de volver a la normalidad?
Bauzá señaló que, conforme se vayan dando flexibilizaciones en el aislamiento, cada individuo desarrollará sus propios hábitos y una nueva rutina para hacer frente al escenario post pandémico. “Mantener las reglas de seguridad, los protocolos y el cumplimiento a nivel social permitirá que esta adaptación de la mayoría se mantenga y no tomen mayores riesgos”, recalcó.
Recomendó, para hacer más fácil volver a la rutina, que se inicien reencuentros con personas cercanas y salidas con grupos reducidos a dos o tres personas.
También reiteró que es necesaria la implementación de las medidas sanitarias, puesto que el uso de las mascarillas y la desinfección generan la sensación de seguridad que se tiene en casa.
Otro punto importante es regular la cantidad y la calidad de información recibida sobre el virus, puesto que la sobreexposición informativa no es positiva.
Si estas pautas no ayudan a superar el temor y la ansiedad de volver a la rutina, es importante buscar apoyo en un profesional, según refirió.
source https://www.abc.com.py/nacionales/2020/06/14/miedo-a-volver-a-la-normalidad-y-como-superarlo/
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