“Esta semana va a ser determinante para poder decidir eso (las visitas). Había dos posturas: un grupo quería las visitas íntimas y otro quería las visitas familiares. El otro trabajo que estamos haciendo es el número de los ingresos y egresos, de las personas que salieron del sistema, no todas en libertad”, expresó Pérez en conversación este viernes con ABC.
La ministra explicó que las visitas familiares están consideradas dentro de la fase 2 de la cuarentena inteligente, que se aplicaría desde el 25 de mayo, y que se estaba trabajando en un protocolo para ello, pero en el caso de las privadas sería más complicado porque los que usen las salas privadas -tanto el recluso como la persona que lo visita- deberían hacer posteriormente cuarentena.
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“El tema de las privadas es más delicado en cuanto a las visitas sanitarias. El tema va a ser más delicado y no va a ser con la frecuencia con que se daba antes. Con cualquier mecanismo tienen que respetar. Tenemos un poquito menos de 3.000 (reclusos). Los casi 3.000 no pueden recibir visitas de una vez. En el caso de las visitas íntimas hay contacto, se busca luego el contacto. Todos esos temas hay que trabajarlos en un protocolo para ver qué es lo que se aprueba. Va a ser algo paulatino”, sostuvo Pérez.
La titular de Justicia contó que existen como unas 50 habitaciones para el uso privado, pero que están distribuidas, algunas enfrente y otras detrás, por lo que algunas de las personas que hacen este tipo de visitas tienen que pasar a través de los pasillos en contacto con la población penitenciaria.
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“La dificultad mayor es el tema de las visitas íntimas porque el contacto es total, intenso. Ese es la preocupación mayor de Salud. ¿Qué pasa con la persona que sale? Tiene que hacer también cuarentena. Eso tenemos que trabajarlo con Salud”, añadió.
La semana pasada hubo reclamos por parte de la población penitenciaria, que en su mayoría exige la posibilidad de las visitas familiares, que se suspendieron días después de la declaración de emergencia sanitaria, el pasado 11 de marzo.
Esto también generó una disminución en la población penitenciaria, dado que varios presos salieron de Tacumbú, ya sea en libertad o con medidas sustitutivas a la prisión, pero nadie ingresó a raíz del protocolo contra el coronavirus. Unas 600 personas que deben ir allí siguen en las comisarías a la espera del protocolo de acceso, en donde necesariamente se deberá hacer un análisis previo para determinar si la persona tiene o no la enfermedad, a modo de evitar el contagio a la población.
“Nosotros trabajamos en un protocolo sanitario y tenemos una disminución de la población porque los nuevos ingresos no entraron aún (por el COVID-19), pero el año pasado las salidas eran las mismas (…) Un poco más de 600 están en comisarías”, concluyó Pérez.
source https://www.abc.com.py/nacionales/2020/05/15/covid-19-evaluan-pedido-de-reclusos-de-reanudar-hasta-las-privadas-en-tacumbu/
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