El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, a su arribo al país tras su viaje a Italia, se preocupó más en defender a la esposa de Rodolfo Friedmann, la ex modelo Marly Figueredo, y a la maquilladora de la primera dama, Mónica Alonso, que responder las inquietudes de la prensa referente a los temas de interés ciudadano.
“Yo quiero darle mi solidaridad a la señora Marly por las críticas. Ella no es una persona de la función pública. Se metieron en su vida privada. Yo no sé qué tiene este señor (Horacio) Cartes, contra las mujeres. Se agarró contra la senadora Blanca Ovelar, después contra mi señora”, indicó, tras dar un resumen sobre su visita al Papa y su homólogo italiano Sergio Mattarella.
El mandatario insistió en que las publicaciones sobre la ex modelo “no corresponden”. Visiblemente ofuscado, el Presidente añadió: “Mi solidaridad porque no corresponde. Esto demuestra lo poco hombre que es para dedicarle tanto espacio y manosear a una mujer paraguaya, esposa de un senador. Este señor usa sus medios para atacarle a sus adversarios políticos porque el ataque es para el senador Friedmann. Mi solidaridad con la pobre maquilladora que fue a hacer un curso en Praga y viajó a Italia para tener la satisfacción de maquillar a la primera dama”.
LO QUE EVITÓ RESPONDER
Uno de los temas que Abdo Benítez evitó ayer dar explicaciones fue con respecto a la preocupación entre los militares activos por haber avalado por cuestiones políticas el retorno a la Armada del vicealmirante Carlos Velázquez, hermano del Vicepresidente.
En el Silvio Pettirossi aguardaron al jefe de Estado y comitiva el vicepresidente Hugo Velázquez, altos mandos de las FFAA, entre ellos el cuestionado vicealmirante Carlos Velázquez, así como otros ministros del Ejecutivo. El Presidente se refirió además al caso de la intervención de Ciudad del Este y a la ampliación presupuestaria solicitada por la Fiscalía General, señalando que quiere dar el gusto a todo el mundo pero que no hay dinero.
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